Rodrigo reviewed The Bezzle by Cory Doctorow
¡Gringolia se trae un nivelazo!
5 stars
Content warning narro toda la trama
Un par de fresotas. Scott, de Sillicon Valley, tiene un trato con Yahoo que le permite vivir sin trabajar, millonario. Y Marty, un contador forense, cobra el 25% de lo que aparezca, en casos de perder millones de dólares, también vive con holgura.
A través de ellos aprendemos del montón de transas que se pueden hacer en los sistemas financieros y legales gringos. En una fresi-aventura ayudan a unos pobladores de la fresi-isla Catalina a desmantelar un esquema piramidal. El defraudador es un mega-transa mega-rico ultra-fresa y se ofende muchísimo de que le tiren el fraude.
Como es bien trácala lo siguiente que sabemos es que ya metieron al tambo a Scott.
El resto de la novela es acerca de Marty tratando de alivianar a Scott desde fuera del bote, lo cuál se pone cada vez más difícil pues el sistema penitenciario gringo es un asco, son bárbaros. Datos espeluznantes como que hay más presos en gringolia que en ningún otro país de todo el orbe, incluyendo Rusia y los que se te ocurran lector, imagínate unos así bien medio-oriente-terrorista, no tienen tantos presos como tienen en los United States of A.
La acción ocurre en años de neoliberalismo y entonces todo es privatizar servicios públicos. Las prisiones son un negociazo, a costa de los presos. El villano mega-transa-ultra-fresa está detrás de varias reformas, licitaciones, adquisiciones,legislaciones, etc. todas bien chuecotas, que van haciéndole la vida más jodida a todos los reos.
Hasta que Marty tiene que dar el salto de calidad, fuera de prisión, y finalmente consigue evidencias de que el mega-transa no paga impuestos, y con eso para los abusos del villano hacia su amigo.
Pero aún prisionero también Scott da el salto de calidad. Aunque siente gratitud y aunque alivian su situación los cambios que Marty forza, él ya no puede dejar de pensar en los demás presos. Configura su propio chantaje defensivo y consigue expulsar al villano de toda la transa, aunque a él le cuesta diez años más de cárcel.
¡Fiuf, qué historia!
Mi favorita de Cory Doctorow es la de Walkaway. Más utópica, una parte central del planteamiento es de cómo la cosa va bien al mismo tiempo que va mal. Muchas de sus novelas son juveniles, esta no lo es tanto, pero sí un poco.